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Herpes zóster

El herpes zoster es una infección viral que afecta a los nervios y la piel y es causada por el virus de la varicela-zóster. Este virus es el mismo que causa la varicela en los niños y puede permanecer latente en el sistema nervioso durante años. Cuando se reactiva, puede causar herpes zoster, también conocido como culebrilla.

Herpes zóster

El herpes zoster es una infección viral que afecta a los nervios y la piel y es causada por el virus de la varicela-zóster. Este virus es el mismo que causa la varicela en los niños y puede permanecer latente en el sistema nervioso durante años. Cuando se reactiva, puede causar herpes zoster, también conocido como culebrilla.

El herpes zoster es una erupción dolorosa y ampollas que se presenta en un lado del cuerpo y se extiende a lo largo de un nervio. Puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero es más común en la espalda, el abdomen o la cara. Los síntomas incluyen dolor de ardor, picazón o entumecimiento, seguidos de una erupción de ampollas. El herpes zoster es más común en adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Síntomas

Los síntomas del herpes zoster pueden variar de una persona a otra, pero en general, incluyen dolor de ardor, picazón o entumecimiento, seguido de una erupción de ampollas. La erupción puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en la espalda, el abdomen o la cara. En algunos casos, los síntomas pueden ser tan leves que la persona no los nota, mientras que en otros casos, pueden ser muy dolorosos.

Causas

El herpes zoster es causado por el virus de la varicela-zóster, que es el mismo virus que causa la varicela en los niños. Después de que una persona se recupera de la varicela, el virus permanece latente en el sistema nervioso durante años. Cuando se reactiva, puede causar herpes zoster. No se sabe exactamente por qué el virus se reactiva en algunas personas, pero se cree que factores como el estrés, la edad avanzada y un sistema inmunológico debilitado pueden aumentar el riesgo de reactivación.

Tipos

Existen dos tipos de herpes zoster: el herpes zoster cutáneo y el herpes zoster oftálmico. El herpes zoster cutáneo es el tipo más común y afecta la piel y los nervios en cualquier parte del cuerpo. El herpes zoster oftálmico afecta los nervios que están conectados con los ojos y puede causar complicaciones graves si no se trata de manera adecuada.

Diagnóstico

El diagnóstico del herpes zoster se basa en los síntomas y en la apariencia de la erupción. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de laboratorio para confirmar la presencia del virus. Si se sospecha que el herpes zoster está afectando los nervios que están conectados con los ojos, se puede realizar una evaluación oftalmológica para detectar complicaciones.

Tratamiento

El tratamiento del herpes zoster incluye medicamentos antivirales y analgésicos para aliviar el dolor. Los medicamentos antivirales deben tomarse lo antes posible después de la aparición de los síntomas para que sean más efectivos. También se pueden recomendar cremas y lociones para reducir la picazón y el malestar. Si el dolor es muy intenso, el médico puede recetar analgésicos más fuertes. En algunos casos, se puede recomendar la terapia de luz láser de baja intensidad para reducir el dolor y acelerar la curación de la erupción.

Prevención

La mejor manera de prevenir el herpes zoster es recibir la vacuna contra la varicela-zóster. La vacuna es recomendada para personas mayores de 50 años y puede reducir el riesgo de desarrollar herpes zoster en un 90%. También es importante mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar situaciones de estrés prolongado, ya que esto puede debilitar el sistema inmunológico.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar herpes zoster incluyen la edad avanzada, tener un sistema inmunológico debilitado debido a enfermedades como el VIH/SIDA, el uso de medicamentos inmunosupresores, haber tenido varicela antes de los 1 año de edad y estar expuesto a personas con varicela o herpes zoster activo.

Complicaciones

En la mayoría de los casos, el herpes zoster se cura sin complicaciones. Sin embargo, en algunos casos, pueden presentarse complicaciones, como dolor persistente (neuralgia postherpética), infecciones de la piel, pérdida de la visión (en casos de herpes zoster oftálmico) y en casos muy raros, meningitis o encefalitis.

Pronóstico El pronóstico del herpes zoster depende de la edad y el estado de salud general de la persona. En la mayoría de los casos, el herpes zoster se cura en unas pocas semanas y no deja secuelas. Sin embargo, en algunos casos, el dolor puede persistir durante meses o años (neuralgia postherpética). Las personas mayores y aquellas con sistemas inmunológicos debilitados tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones.

En conclusión, el herpes zoster es una infección viral que afecta a los nervios y la piel y es causada por el virus de la varicela-zóster. Los síntomas incluyen dolor de ardor, picazón o entumecimiento, seguido de una erupción de ampollas. La mejor manera de prevenir el herpes zoster es recibir la vacuna contra la varicela-zóster y mantener un estilo de vida saludable. Si se desarrolla herpes zoster, es importante buscar tratamiento lo antes posible para reducir el dolor y prevenir complicaciones.

 

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